miércoles, 16 de diciembre de 2009

El perfil del hombre y la cultura en México.

Crítica al libro 'El perfil del hombre y la cultura en México' de Samuel Ramos

En esta obra se desnuda al mexicano sin piedad y nos explica el porqué de muchas cosas, empecé a leer este libro cuando mi papá me comentó de él en una discusión dominguera sobre política. Me encontré con algunas cosas en este libro que tal vez no me agradaron del todo pero si me parecen muy acertadas. Se nos menciona que: “la cultura en México ha tendido siempre al aprendizaje de resultados de verdades hechas, sin reproducir el proceso viviente que ha conducido a esas verdades...” lo cual es cierto así como el hecho de que: “no podemos proseguir practicando un europeísmo falso; pero es preciso huir también de otra ilusión peligrosa, que es la de un mexicano igualmente falso. Tal mexicanismo es el que, animado de un resentimiento contra todo lo extranjero, pretende rehacer toda nuestra vida sobre bases distintas a las que ha tenido hasta ahora”. También es cierto que deberíamos buscar un balance entre nuestra identidad nacional y lo que queremos llegar a ser como país.

Y es que concuerdo con la opinión de Samuel Ramos de que en cuanto el mexicano queda satisfecho con su imagen, abandona el esfuerzo a favor de su mejoramiento efectivo. Los hombres viven a la buena o mala de Dios por eso mismo es natural que sin disciplina ni organización, la sociedad mexicana sea un caos. Una nota íntimamente ligada con la desconfianza del mexicano es la susceptibilidad y a esto hace mención Samuel cuando dice que el mexicano todo lo interpreta como una ofensa, a causa de esto, el mexicano riñe constantemente.

Cada hombre en México, sólo se interesa por los fines inmediatos. Trabaja para hoy y para mañana, pero nunca para después. El porvenir es una preocupación que ha abolido de su conciencia. En sus combates verbales atribuye al adversario una femineidad imaginaria, reservando para sí el papel masculino.

El pelado mexicano... El falo sugiere al 'pelado' la idea del poder. Como él es, en efecto, un ser sin contenido substancial, trata de llenar su vacío con el único valor que está a su alcance: el del macho. Cuando éste se compara con el hombre civilizado extranjero y resalta sus defectos, se consuela del siguiente modo y dice ''un extranjero tiene su ciencia, el arte, la técnica, etcétera, etcétera; aquí no tenemos nada de eso, pero... somos muy hombres''.
Esto es lo que Samuel Ramos nos presenta en su obra, y creo que es muy importante resaltar que muchas de estas cosas (yo diría que todas) son ciertas viendo a México desde un punto de vista general.

-Enrique Adrián Martínez L.

No hay comentarios:

Publicar un comentario