Cierro mis ojos, siento toda la adrenalina dentro de mí. Siento cómo me quema el fuego que corre por mis venas.
El cielo se abre y me pide que lo siga he llegado hasta l aluna y le pido que me deje descansar en ella y ella como buena madre me acurruca en sus brazos.
Por fin estoy dormida y ahora sueño que soy poeta y fabrico alegría, fabrico amor y también melancolía, solos la luna, mi poema y yo. Pero algo perturbaba mi sueño, de pronto todo es oscuridad y aún así puedo ver a le gente que me persigue y me juzgan me siguen hasta llegar a un profundo hoyo, me están enterrando, quiero despertar de mi alucinación pero no puedo, toda mi felicidad se ha terminado y ahora veo que soy inmortal.
Pero, qué ha pasado, me pregunto y de prontó empiezo a gritar, grito que: yo sólo quería volar y que sólo quería crecer.
Todos se burlaban de mí y una persona salía de entre la multitud y me dijo: en efecto, creciste, te elevaste hasta llegar a lo más alto, creciste hasta morir.
escrito por: Laura Gabriela Aguiñaba Arenas.
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